domingo, 29 de mayo de 2011
El amor va hasta donde los sueños consiguen llegar.
Madurar y ponerse las pilas, fijarte 'prioridades' -se vé que está de moda hablar sobre eso- y darte cuenta que hay que asumirlas. Todavía no lo tengo muy en claro, o por lo menos no las tengo todas bien definidas. Tampoco es que quiera planear mi vida, sino asegurarme de tener una visión -ya sea a largo plazo o no- y saber qué es lo que realmente quiero. Sí, de eso se trata, saber qué es lo que quiero, qué importa, y qué no. No quiero perder el tiempo, ni quiero vivir porque sí, sin encontrarle algún sentido. Quiero tener distintas razones para levantarme, ser felíz, sonreír, o simplemente proponerme cosas. La cuestión es que esas razones no tengan que involucrar a otras personas. No hay cosa peor que la dependencia. Quizás, por momentos, los demás te puedan a ayudar a sacarte una sonrisa, en un momento de soledad, o cualquiera sea la situación, pero no hay que permitir que sean ellos la única razón para sonreír. Tenés toda tu vida por delante, hay que aprender a vivirla.
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