domingo, 5 de enero de 2014
El poder siempre mata.
Lo que me da asco no es simplemente el hecho de ir a un velorio, sino la falta de ética de la gente. Que esté el difunto (la, en este caso) y en la misma sala dos señoras (si es que se merecen ser llamadas así) hablando a toda voz cosas como ''es que ella nunca fue de ser muy fuerte'' y demás tipo de comentarios desagradables, sobre todo, para la ocasión. Si es una realidad o no, no es un tema para discutir en el momento. Es patético conocer las historias por detrás y la gente que va a hacer teatro y llorar desaforadamente. La gente que eleva el tono de voz como si estuviera en un boliche, la gente que incluso hace bromas. Me parece una desubicación total, no vas a hacer sentir mejor a la persona que está sufriendo la pérdida, no con ese tipo de chistes. Y ni que hablar de los intereses creados. Qué asco.
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